yayaheol

Tuesday, March 20, 2007

EL DULCE PLACER DEL DOLOR


Sí, aún siento las heridas, todavía están frescas, huelo el olor a sangre dulce, el veneno me produce placer. Por un momento siento que es incomprensible sentirme tan completa y a la vez tan hueca, pero así es. Mi cuerpo se ha vuelto insensible al sufrimiento, o más bien, se ha fusionado con él, se ha convertido en un aditamento para sentirme sana.


Las lágrimas se han cristalizado, las dudas siguen aumentando, los golpes son cada vez más constantes, la lluvia no cesa, el silencio es enfático, la pasión se intensifica, el viento se agudiza… el amor no crece en su corazón. Una vida de placer, un momento de dolor, una palabra de confort, y al final… un corazón apuñalado por la sensación placentera de dolor.


Un día más me levanta, la jornada ha concluido, la dosis ha terminado, ahora viene la fracción pesada de los efectos que me causa esta droga…, la resaca es fuerte. A pesar de que conozco las secuelas, no me aparto de ella, al contrario, sé con certeza que la volveré a necesitar, mientras tanto dejaré pasar unas lunas más, esperaré a que ella me vuelva a provocar. Quiero sentirme otra vez entre sus redes, estar de nuevo en el infierno, quemarme con sus efectos, volver a sentir el dulce placer del dolor.


-Yadira Hernández-

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