yayaheol

Tuesday, March 27, 2007

POR TÍ MORÍ, POR MÍ RESUCITARÉ

Trozos de mi piel han quedado regados en la vereda que me conduce hasta mi futuro.
Por ti fui capaz de hundirme en el abismo, sepultar mi razón, enmudecer mi espíritu y flagelar mi corazón. Me atreví a negar mi presente, encadenar mis manos, vendar mis ojos y callar la voz de mi alma. Seguí las huellas que me trazabas, recorrí mundos inexistentes, probé la amargura de tus besos y renuncié a la serenidad de la noche. Me interné en el desierto más exhausto, caminé por un laberinto interminable, me sometí a mis latidos… la esclavitud parecía inmortal.

Pero las aguas cristalizadas, los pedazos fragmentados y las voces de mi inconciencia, se funden lentamente permitiendo reflejar el ansiado momento que libere la tentación, la duda y la amargura. Por mí daré un paso hacia delante, desistiré a tu recuerdo, olvidaré que te amo, congelaré las esperanzas… sosegaré mi dolor. Aceptaré que la hoja del árbol ha caído, que las flores se han marchitado, que las cenizas se han esparcido y que tu amor nunca existió. Evadiré las voces de mi mente, valoraré lo que tengo, saturaré las sonrisas, reanimaré mi vida… anhelaré no volverte a soñar.

Confiaré en que hablar del mañana, es estar hablando del pasado ya.

-Yadira Hernández-

Tuesday, March 20, 2007

EL DULCE PLACER DEL DOLOR


Sí, aún siento las heridas, todavía están frescas, huelo el olor a sangre dulce, el veneno me produce placer. Por un momento siento que es incomprensible sentirme tan completa y a la vez tan hueca, pero así es. Mi cuerpo se ha vuelto insensible al sufrimiento, o más bien, se ha fusionado con él, se ha convertido en un aditamento para sentirme sana.


Las lágrimas se han cristalizado, las dudas siguen aumentando, los golpes son cada vez más constantes, la lluvia no cesa, el silencio es enfático, la pasión se intensifica, el viento se agudiza… el amor no crece en su corazón. Una vida de placer, un momento de dolor, una palabra de confort, y al final… un corazón apuñalado por la sensación placentera de dolor.


Un día más me levanta, la jornada ha concluido, la dosis ha terminado, ahora viene la fracción pesada de los efectos que me causa esta droga…, la resaca es fuerte. A pesar de que conozco las secuelas, no me aparto de ella, al contrario, sé con certeza que la volveré a necesitar, mientras tanto dejaré pasar unas lunas más, esperaré a que ella me vuelva a provocar. Quiero sentirme otra vez entre sus redes, estar de nuevo en el infierno, quemarme con sus efectos, volver a sentir el dulce placer del dolor.


-Yadira Hernández-